Mindfulness contra la ansiedad

Mindfulness contra la ansiedad

– Eduard Miquel, instructor de Mindfulness-

En los años que llevo impartiendo el Curso de reducción de estrés con mindfulness (MBSR) he visto un progresivo aumento de la proporción de participantes que se inscriben en el curso por motivos de ansiedad. También he constatado como el malestar manifestado por los participantes es ligeramente mayor en los últimos tiempos, pues ha aumentado prácticamente un 10% el índice de malestar general que las persones participantes muestran el primer día de curso (comparando los datos del periodo 2021-2023 con las del 2018-2019, obtenidas con el test Derogatis BSI-18). Todo parece indicar que la ansiedad gana en extensión y en intensidad.

A nivel global, las estadísticas no dicen el contrario. Según datos del Ministerio de Sanidad, en España el trastorno de ansiedad ha aumentado un 88% en solo 4 años (comparando los datos de 2017 con las de 2021), haciendo que hoy el 12,6% de la población se vea afectada por esta problemática de salud mental. Si bien hay que tener en cuenta que el impacto de la pandemia por Covid19 pudo acentuar el aumento y causar cierta distorsión circunstancial (la OMS estimó que la crisis por Covid19 del 2020 ocasionó un aumento de la prevalencia por ansiedad en un 25% a escala mundial), las cifras que publica el Ministerio no dejan de ser realmente preocupantes.

El trastorno de ansiedad es una afección mental que provoca un miedo o una preocupación excesivas, que pueden producirse hacia tanto una situación concreta como un abanico amplio de situaciones cotidianas. Puede expresarse con síntomas de inquietud, irritabilidad, tensión, náuseas, palpitaciones, sudoración o trastornos del sueño, hasta el punto de desencadenar crisis de angustia o temores persistentes y generalizados.

La práctica de mindfulness resulta por dos motivos muy adecuado para afrontar la ansiedad. Por un lado, por su alto grado de eficacia. Un estudio publicado el 2022 por la revista JAMA, una de las publicaciones científicas más solventes y de mayor prestigio, concluyó que la práctica de mindfulness a través del curso Mindfulness MBSR era tant efectiva para combatir la ansiedad como el tratamiento farmacológico de referencia hoy. El fármaco a que hacía mención era escitalopram, suministrado con dosis clínicas de 20 mg diarios.

El otro motivo por el cual la práctica de mindfulness es muy adecuada es por el hecho que no causa efectos secundarios adversos, a diferencia de la farmacología. Actualmente, los fármacos más aconsejados son los que pertenecen a la familia de inhibidores selectivos de la recaudación de serotonina (ISRS), como lo es escitalopram. Su índice de adicción es menor que la familia de medicamentos de una generación anterior, las benzodiacepinas. Esto no saca que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiende un uso cauteloso. A la vez, la OMS desaconseja el uso de benzodiacepinas por su «alto potencial de dependencia así como la limitada eficacia a largo plazo». El Departamento de Salud lo concreta desaconsejando el uso de estos medicamentos más allá de las 4 semanas.

Aun así, el uso de las benzodiacepinas continúa siendo muy generalizado a nuestro entorno. A esta familia pertenecen los fármacos diazepam (Valium) y lorazepam (Orfidal), entre otros, los cuales en España disfrutan, desgraciadamente, de una amplísima aceptación. Según los datos de la Encuesta Europea de Salud de la Unión Europea, España es el país con mayor consumo de benzodiacepinas del mundo, con un 10,8% de la población que ha tomado una tranquilizante en las últimas dos semanas. En Cataluña durante el 2021, cerca de la mitad de las personas diagnosticadas con trastorno de ansiedad recibieron un tratamiento con este tipo de fármacos superior a las 4 semanas, tal como el mismo Departamento de Salud contraindica.

Y todo esto sucede mientras los Estados Unidos están inmersos en una crisis sanitaria de gran alcance causada por los opiáceos, que a pesar de ser un género de medicamentos diferente a las benzodiacepinas, comparten con estas los atributos de tolerancia, alta dependencia y efectos secundarios nocivos. Son harina de otro costal pero merece la pena que tomemos nota. La crisis de los opiáceos en los EE. UU. ha desembocado en un gran debate social por el devastador impacto del fentanilo y el uso indiscriminado durante décadas de fármacos de esta familia, como Oxycontin, un analgésico que se venía para uso común al cual se le atribuye haber causado la muerte de 500.000 personas. Hoy, la sobredosis por opiáceo, con el fentanilo -un analgèsico 50 veces más potente que la morfina- como máximo responsable, es una causa de muerto trágicamente relevante en los EE. UU., con una incidencia mayor que los accidentes de tráfico o las armas. Y más allá de la ingente batalla judicial por querellas y reclamaciones en que ha desembocado todo ello, parece que el sistema sanitario ha tomado nota seriamente y actualmente es cada vez más común encontrar a la cartera de servicios de los seguros médicos americanos la prescripción de mindfulness como una alternativa adecuada y necesaria para paliar el dolor y reducir la ansiedad sin efectos secundarios.

Todo ello hace que sea imprescindible considerar la posibilidad de participar en un curso de Mindfulness MBSR para tratar la ansiedad de manera óptima. Este curso es un programa de entrenamiento mental exigente, que requiere de una dedicación de 45 minutos diarios durante 8 semanas. Supone un sacrificio importante pero el retorno es de gran valor, porque permite reducir significativamente la ansiedad, porque confiere la adquisición y aprendizaje de estrategias de afrontamiento que servirán de utilidad en futuras situaciones y porque ahorra los efectos adversos derivados de los fármacos ansiolíticos.